La premisa sobre la cual se extiende este dilema la plantea Alexandra Pumarejo, columnista del diario El Tiempo en un artículo de Junio de 2021 titulado “Las niñas compiten. Las mujeres se empoderan mutuamente”.
En este artículo se plantea cómo, desde niñas, demuestran rasgos de competencia entre el grupo de amigas: “Somos amorosas con aquellas que nos caen bien, y ‘venenosas’ con las que no. Queremos, de alguna manera, ser iguales a nuestras amiguitas, y al mismo tiempo destacarnos dentro del grupo.”
Al crecer y madurar (física y mentalmente), la mujer tiende a abandonar esa actitud de competencia malsana. Al tiempo, aborda un estadio de pensamiento donde, entre sí, la mujer se empodera mutuamente para alcanzar objetivos. No significa así que una mujer va a disminuir su valor por ayudar a otra a elevarlo. ¡Todo lo contrario!
“Muchas mujeres se ‘estacionan’ en la etapa infantil, esa en la que piensan que si otra mujer es exitosa, de alguna manera les está arrebatando a ellas la posibilidad de triunfar. Si otra mujer es muy bonita, automáticamente les ‘quita puntos’ a ellas. Si ven a otra mujer felizmente emparejada, eso les reduce las opciones de encontrar a su alma gemela.”
La columnista cierra su reflexión declarando que todas estas actitudes estancan a la mujer “a nivel personal y como género”. Y es que el empoderamiento femenino solo es posible cuando la solidaridad de género se vea realmente fortalecida.

